El sector de los áridos es el principal suministrador de materias primas para la construcción de infraestructuras, para la edificación, para la industria y para la protección del medio ambiente, lo que le confiere el carácter de industria estratégica.
Es
la segunda materia prima más consumida por el hombre después del agua y cada español ha consumido, en 2018, unos 2.590 kilogramos anuales, es decir unos 7,1 kilogramos diarios (en 2007 se consumieron cerca de 33 kilogramos diarios).
Los áridos se emplean en estas obras, como hormigón preparado, prefabricados de hormigón (el 80% del hormigón son áridos), mortero, aglomerados asfálticos (el 95% son áridos), construcción de carreteras (el 94% de los materiales necesarios para una carretera son áridos), ferrocarriles (balasto), etc.
Estos materiales se emplean, mayoritariamente en las etapas iniciales de las obras, por lo que la evolución de su consumo es un buen indicador adelantado de la eficacia de los planes de infraestructuras.
Según las estimaciones finales de ANEFA, el año 2018 se ha cerrado con un
crecimiento del 6,6%, para un
consumo total de áridos naturales para la construcción de 121 millones de toneladas. No obstante, se ha experimentado en el ejercicio una
desaceleración respecto a las perspectivas iniciales. Además, se mantienen variaciones territoriales importantes y una Comunidades Autónomas experimentó un nuevo decrecimiento.
A esta cantidad hay que añadir
1,7 millones de toneladas de áridos reciclados y 0,7 millones de toneladas de áridos artificiales. El consumo total de áridos para la construcción alcanzó los
123,3 millones de toneladas.
Es importante resaltar cómo la aplicación de los principios de la economía circular va avanzando de forma progresiva. Además, de los áridos reciclados y artificiales, ya citados, dentro de las cifras de áridos naturales, se contabilizan 5,2 millones de toneladas de áridos procedentes de otras industrias extractivas que los producen como subproductos de los procesos de extracción y tratamiento principales. Es decir que, sobre los 123,3 millones de toneladas de áridos para la construcción producidos en 2018, 5,8 millones de toneladas (4,7%) no proceden de explotaciones de áridos.
Desde 2006, cuando el consumo de áridos por habitante en España era uno de los más importantes de Europa, con cerca de 12 toneladas / habitante / año, esta cifra ha sufrido una reducción considerable.
A pesar del incremento de 2018, hasta las 2,6 toneladas / habitante / año, sigue netamente por debajo de la media europea (5,4 toneladas / habitante / año). Estos valores siguen siendo más propios de países subdesarrollados del tercer mundo que de una economía occidental integrada en la UE como la española. De los 39 países Europeos para los que la UEPG elabora estadísticas, España ocupa, nuevamente, el último puesto.
Actualmente, España – que se encontraba en segunda posición en 2006 – ocupa el noveno lugar de Europa en producción total de áridos, por detrás de Rusia, Alemania, Turquía, Francia, Polonia, Reino Unido, Italia y Noruega.
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