A los documentos objeto de consulta en esta fase, Catálogo de medidas para la protección de la costa y Selección y priorización de medidas para la protección de la costa, se podrán presentar aportaciones hasta el 31 de mayo de 2021.
La asociación centrará sus aportaciones en la relevancia de los áridos para la prevención y protección de la costa.
Andalucía tiene centenares de kilómetros de costa, lo que sumado a su diversidad litológica ha dado lugar a una de las mayores riquezas en paisaje y en accidentes costeros de Europa.
Los ecosistemas costeros proporcionan al ser humano bienes y servicios ambientales claves para el desarrollo económico y social, como seguridad alimentaria, I+D o turismo. También son la tabla de salvación para adaptarnos a los impactos del cambio climático en el litoral, en un contexto de eventos climáticos extremos: generan lluvias para frenar el avance de las sequías, al tiempo que funcionan como amortiguadores de inundaciones y controlan la erosión del suelo.
Es necesario poner en marcha alternativas basadas en la conservación de los ecosistemas.
Las propuestas irán orientadas hacia:
1.- Combinar la protección de la costa con escolleras y diques que localmente detienen la erosión y ayudan a proteger las propiedades, con medidas de proteger a los ecosistemas naturales y permitir que funcionen naturalmente.
2.- Aumentar las medidas de prevención y protección en el litoral, tanto terrestres como marinas, para detener el proceso de degradación de la costa y asegurar el buen funcionamiento de los ecosistemas.
3.- Desarrollar una planificación integral del litoral por encima de la escala municipal orientada hacia la conservación de los ecosistemas y donde se consideren los impactos del cambio climático.
4.- Crear infraestructuras verdes y corredores que protejan los procesos ecológicos esenciales.
5.- Conseguir el 100% de la depuración de las aguas residuales continentales y acabar con los vertidos contaminantes al mar.
6.- Elevar la consideración política de la protección del medio ambiente y la biodiversidad, reconociendo su valor como vector de la transición ecológica de la economía española.
Así, la construcción de estructuras puede ayudar a resolver los problemas de la erosión, ya que estas disminuyen la fuerza del oleaje y en consecuencia retienen arena. El problema es que, parte de esa arena captada se pierde en la zona que está corriente abajo y entonces la erosión solamente se traslada otra zona, y el problema se mantiene. Esto es, la solución es parcial. Por ejemplo, en la costa la construcción de un arrecife artificial por medio de bloques de cemento puede mitigar el problema de erosión de la costa.
La presencia de ecosistemas naturales ayuda a proteger las vidas humanas, la infraestructura y las propiedades de la costa. Tras décadas de desarrollo inmobiliario y de infraestructuras en el litoral, la ocupación de la primera línea de costa ha sido masiva. La urbanización del suelo y la destrucción de sus ecosistemas varían entre las distintas regiones y se concentran en determinadas zonas, especialmente en el Mediterráneo, donde alcanza a Málaga (26,2%). Tampoco dentro de cada región se distribuye por igual: la transformación es más intensa cerca del mar. Así, un 36,5% de la línea de playa está urbanizada en España.
Cataluña presenta el mayor porcentaje de superficie costera urbanizada, y en tercer lugar está Andalucía con un 15,4% degradado.
La existencia de un mar semicerrado como el Mediterráneo y la compleja orografía de los fondos profundos de las costas favorecen la acumulación masiva de residuos plásticos en las zonas marinas. La legislación debe responder a la realidad: elevada población en la costa, presión turística, mares semicerrados. Con la llegada de la COVID-19, la cantidad de residuos sanitarios como mascarillas o guantes también ha aumentado, por lo que las aguas españolas también se han visto afectadas de manera indirecta.