En los últimos años se ha producido un cambio importante en la cultura y la conciencia empresarial en cuanto a la forma de relacionarse con la sociedad. Esto incluye la forma en la que se gestionan los impactos sobre el entorno, se adaptan las medidas de compensación y de retorno o el cómo nos relacionamos con los grupos de interés de cada sector.

El cambio experimentado no se proyecta únicamente de cara al exterior, sino que supone una transformación de la conciencia moral de las organizaciones.

En el contexto de las políticas europeas y nacionales de prevención del cambio climático y de consecución de los Objetivos del Desarrollo Sostenible definidos por las Naciones Unidas, la obtención del máximo beneficio pierde fuerza como objetivo principal de las empresas, debiendo este fin compartir espacio con otros conceptos fundamentales como son la responsabilidad social empresarial, el buen gobierno y la sostenibilidad. De esta manera, se integran tres indicadores de resultados empresariales: económicos, sociales y medioambientales.

Esta transformación no solo surge como una respuesta a las exigencias sociales e institucionales, algo que adquiere especial relevancia en la minería, si no que se ha consolidado en un objetivo asumido plenamente por las empresas.

Nuestra industria realiza, ya desde hace tiempo, enormes esfuerzos para adaptarse a las exigencias normativas en materia de aguas, residuos, emisiones, ruido, vibraciones y protección de los trabajadores. Asimismo, contribuye con decisión a la conservación de la biodiversidad mediante una gestión adecuada durante la actividad, la rehabilitación de las explotaciones y, en su caso, por medio de la aplicación de medidas compensatorias.

La industria de los áridos no es solo una industria estratégica para España, sino que, por sus propias características, contribuye a la fijación de población en el ámbito local mediante la creación de empleo y el desarrollo de una actividad industrial que genera riqueza en el entorno más próximo a las explotaciones.

Lograr el mantenimiento de una calidad óptima del entorno es, en la actualidad, una prioridad para la sociedad. Esto se traduce en que el tejido empresarial necesariamente debe incorporar medidas de integración y respeto al medio, tanto natural como social, en su actividad.

Los áridos son una materia prima estratégica básica insustituible para la sociedad no solamente para el sector de la construcción, sino también para muchos otros sectores (industria del vidrio, pigmentos, pinturas, etc.). Esto se traduce en la necesidad de garantizar su suministro de una manera respetuosa con el entorno.

El sector trabaja para conseguir un crecimiento sostenible basado en la creación de valor económico, medioambiental y social, aplicando el principio de la sostenibilidad en el desarrollo de su actividad industrial.

El desafío de ser una industria sostenible que aplica los principios de la responsabilidad social corporativa supone actuar sobre la base de la aceptación social y el diálogo con los distintos grupos de interés.

Este desafío precisa asimismo de la participación y colaboración de las administraciones públicas y de los gobiernos a nivel estatal, autonómico y local.

La industria extractiva de los áridos realiza un importante esfuerzo por aplicar los principios y conceptos básicos del desarrollo sostenible en sus empresas (explotaciones mineras a cielo abierto, plantas de tratamiento, etc.)

Los Premios Nacionales Federación de Áridos – FdA y los Premios de Desarrollo Sostenible de Aggregates Europe – UEPG, tienen como objetivo promover una correcta gestión de los aspectos que integran el desarrollo sostenible –medio ambiente, social (incluyendo la prevención de riesgos laborales) y economía, sin olvidar la conservación de la biodiversidad- en las diferentes etapas del proceso de producción de áridos y fomentar, entre las Empresas asociadas de las asociaciones que integran la Federación de Áridos – FdA y la Aggregates Europe – UEPG, el compromiso con el entorno social y con las generaciones futuras.