Los empresarios del sector de los áridos de toda España integrados en ANEFA han participado en su Asamblea General Anual, que se ha celebrado en Madrid, en formato de videoconferencia, el 24 de septiembre. Una nutrida representación de empresarios procedentes de toda España ha asistido al encuentro.
El presidente de ANEFA, Ramón Ruberte Auré, ha sido reelegido por aclamación como presidente para un tercer mandato hasta 2023. Asimismo, repite la gran mayoría de la Junta Directiva, con algunas nuevas incorporaciones, mostrando un firme aval de las empresas a la gestión realizada.
El reelegido presidente ha puesto de manifiesto, en su discurso de apertura, la importancia del sector de los áridos como industria que “construye país”. Ha pasado revista a las actuaciones realizadas desde que se declaró el estado de alarma por motivo de la COVID-19, desde el compromiso de las empresas para proteger la salud de los trabajadores aplicando estrictos y eficaces protocolos de prevención contra la pandemia, hasta la elaboración y difusión de un completo documento con 15 propuestas para la reactivación económica, ampliamente difundido entre los máximos niveles políticos del Gobierno, del Congreso, del Senado y de las Comunidades Autónomas.
Alerta de la falta de acción dinamizadora de las Administraciones, que ahora mismo están agravando la parálisis de las actividades vinculadas a la construcción, entre otras. El desplome de la licitación, la drástica caída de la petición de ofertas, la lentitud de la tramitación de permisos y licencias y la ausencia de cartera de proyectos, ponen en riesgo la recuperación y el acceso del país a los fondos europeos.
Demanda consensos políticos mayoritarios, basados en la responsabilidad, la altura de miras y el interés general, sobre los asuntos que realmente están afectando a la economía y la salud de los ciudadanos españoles.
En ausencia de medidas eficaces y decididas por las Administraciones, independientemente de su color, pronostica la caída del sector de la construcción, uno de los pocos motores económicos que tiene actualmente capacidad para mitigar la caída de otros sectores económicos, con el consiguiente efecto dominó en el resto de la economía y los devastadores efectos para los ciudadanos del país.
Así, salvo que las circunstancias mejoren drásticamente, augura una caída media del consumo de áridos para la construcción del -20% al -25%, frente a un crecimiento del 6,6% que se experimentó en 2019. Caída especialmente preocupante ya que el sector todavía arrastra las graves consecuencias derivadas de la crisis de los años 2007 y posteriores.
Por otro lado, en la Asamblea General se acreditó sobradamente que la industria de los áridos se sitúa a la cabeza del compromiso con del desarrollo sostenible: implicada con la sociedad, líder en biodiversidad y en economía circular. Así se alinea con las políticas derivadas del Pacto Verde Europeo y de las Estrategias sobre cambio climático, transición justa y de reto demográfico.
Finalmente, Ruberte puso el énfasis en la importancia de que las empresas realicen una apuesta decidida por la digitalización de sus actividades, para usar las nuevas tecnologías como palanca para los cambios que se avecinan y para seguir creciendo en sostenibilidad y competitividad.