El año 2015 ha sido el primero en el que el consumo nacional de áridos ha crecido desde 2007, pero las positivas expectativas de crecimiento del consumo, de entre el 5% y el 10%, que se tenían al inicio del ejercicio y que parecía que se iban a confirmar, por la positiva evolución del primer semestre, han sufrido los efectos de un notable retroceso experimentado en el segundo semestre debido, fundamentalmente, a la paralización de decisiones por la falta de Gobierno.
Finalmente, según las estimaciones de ANEFA, el año 2015 se ha cerrado con un ligero crecimiento del 4,8%, para un consumo total de áridos para la construcción de 94,4 millones de toneladas, pero con variaciones territoriales importantes y algunas Comunidades Autónomas todavía en decrecimiento.
Desde el máximo previo a la crisis (2006), momento en el que la producción era de 486 Mt, el consumo ha retrocedido cerca del -80,6%, arrastrando a su vez al volumen de negocio sectorial que es, en la actualidad, el 16,5% del registrado ese año.
Desde 2006, cuando el consumo de áridos por habitante en España era uno de los más importantes de Europa, con cerca de 12 toneladas / habitante / año, esta cifra ha sufrido una reducción considerable, hasta 2,02, situándose el último de los 39 países de la UEPG y muy por debajo de la media europea (4,9 toneladas / habitante / año).
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